El poder del entorno
La ciencia viene constatando desde hace tiempo que es el entorno lo que verdaderamente nos moldea y nos hace adoptar todos los hábitos. Sin embargo, últimamente han empezado a ponerse en cuestión los roles familiares, educativos y sociales que dimos por sentados durante miles de años. Por eso, es inevitable preguntarse: ¿adónde nos lleva todo esto?
La respuesta puede ser que, si seguimos por este camino, podríamos convertirnos en algo peor que los animales. Ahora bien, esto requiere explicación. Las cualidades del ser humano van mucho más allá del nivel animal, y nos han llevado a desarrollar la cultura, el arte, la religión, la ética y diversas formas de gobierno construyendo lo que llamamos «civilizaciones». Sin embargo, el utilizarlas mal puede hacer que nuestro comportamiento llegue a ser peor que el de cualquier animal.
Los animales no se cuestionan cuál es su sexo ni se plantean de qué especie son. Ellos son simplemente tal como la biología los hizo. Cuando aplicamos la moral humana a los instintos de los animales, que nada tienen que ver con la moral que funciona en nosotros, estamos deformando nuestra percepción del mundo y creando distorsiones en la sociedad.
El ser humano puede elegir si descender al nivel animal o elevarse a un nivel humano
Por eso, es probable que nos fuese mejor aparcando las cuestiones más animales para centrarnos más en nuestro aspecto humano. Porque el ser humano puede elegir si descender al nivel animal o elevarse a un nivel humano. Cuando estamos centrados solo en nosotros mismos, en la apariencia física, dándole tanta importancia como para jugar con nuestros cuerpos y modificarlos para aparentar, de alguna forma estamos olvidando los valores morales. Ahora bien, podemos también centrarnos en el aspecto más humano y procurar la mejora social a través de una mayor solidaridad y preocupación mutua.
Preocuparnos más unos de otros, aumentando así la cohesión social, seguramente nos permitiría ver individuos más seguros de quiénes son, cómo son y cómo deben comportarse
Eso contribuiría a mejorar el mundo en el que vivimos así como nuestra condición humana. Preocuparnos más unos de otros, aumentando así la cohesión social, seguramente nos permitiría ver individuos más seguros de quiénes son, cómo son y cómo deben comportarse. Podríamos tener una vida más feliz, más tranquila y con sensación de estar integrados en nuestras comunidades.
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