Hacia una nueva educación
Los últimos dos años han sido estresantes para todo el sistema educativo en general. Los confinamientos recurrentes no solo afectaron las relaciones sociales de los niños, sino que también crearon inseguridad sobre el futuro. Está claro que nada volverá a ser como en los principios de esta década, pero aunque no sepamos cómo vamos a evolucionar, de cualquier manera, parece que en estos momentos estamos destinados a ir y venir entre conexiones físicas y virtuales. Por lo tanto tendremos que aprender a conectarnos en ambos entornos.
La situación actual ya cambió nuestra mentalidad sobre las distintas formas en las que nos relacionamos entre nosotros. Aún nos resulta difícil ver hacia donde nos dirige esta nueva forma de conectarnos y necesitamos tiempo para adaptarnos e incluirla en nuestras vidas. Pero la humanidad vive dentro de un proceso de evolución natural y lo que fue ya nunca volverá.
En ese sentido, todo se está volviendo más interdependiente ya que avanzamos hacia una mayor complejidad e integración entre nosotros. Sea como sea la forma que adoptemos, será una en la que, no solo estaremos conectados de otro modo, sino que además las conexiones serán más positivas y enriquecedoras que antes.
Si bien, mientras que todas las especies siguen su instinto y se adaptan a los cambios que van surgiendo, nosotros seguimos luchando por nuestros intereses particulares y nos resistimos a salir de nuestra zona de confort, aunque todo nos está empujando a unirnos de forma positiva sea cual sea la forma que elijamos: virtual o física.
Podemos seguir nadando contra corriente o podemos elegir conectarnos por encima de nuestras diferencias, entendiendo que así la vida será más armoniosa para todos
Los seres humanos tenemos una ventaja que no posee ningún otro ser vivo: en lugar de estar en una conexión forzosa, podemos reflexionar, compararla con la separación y finalmente elegir. Esa es la ventaja única de los seres humanos frente a todos los demás seres".
Todos los golpes que hemos sufrido, desde el principio de los tiempos, nos han llevado a evolucionar: de primitivos cazadores pasamos a agricultores, después a clanes, a pueblos, a países, a imperios… hasta llegar, finalmente, al sistema integral en el que vivimos hoy en día. Los mayores avances siempre han tenido lugar a costa de grandes sufrimientos. Pero si logramos entender que estamos en un momento de cambio, podremos nadar siguiendo la corriente de la evolución ayudándonos mutuamente a dejar de lado nuestro individualismo para dar lugar a una humanidad consciente y unida.
Los sistemas educativos deberían centrarse en inculcar esa conciencia. Este nuevo tipo de educación haría que la prioridad estuviese en la unidad dentro de la diversidad. De esa manera, nuestras diferentes perspectivas enriquecerían nuestro conocimiento. Si queremos dejar de sufrir y disfrutar del camino de la evolución humana, necesitamos reconstruir y orientar nuestro sistema educativo hacia la conexión, la cohesión y la integración.
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