La fuerza curativa de la unidad
Conmueve ver la tremenda presión a la que están sometidos los equipos médicos en su lucha contra esta pandemia. A diario necesitan tomar decisiones que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aunque cooperan y trabajan juntos como expertos en el cuidado a sus pacientes, a menudo se sienten impotentes al lidiar con las situaciones que se les presentan.
A pesar de que la campaña de vacunación está en su apogeo, el aumento de contagios continúa y siguen apareciendo nuevas variantes del virus. En nuestro país se han confirmado los primeros casos. Ante esta situación, los equipos médicos han tenido que adaptarse a constantes cambios y desafíos para salvar vidas humanas, aprendiendo a leer las expresiones faciales a pesar de las mascarillas y de estar cubiertos de pies a cabeza con trajes protectores.
Hemos presenciado cómo ese esfuerzo conjunto los ha motivado a trabajar más duro en tiempos de fatiga permitiéndoles estar a la altura a pesar de todas las dificultades
Hemos visto cómo los médicos, abrumados por el trabajo, se apoyaban mutuamente más allá de lo profesional creando lazos emocionales en el cuidado y consideración por los compañeros y pacientes. Hemos presenciado cómo ese esfuerzo conjunto los ha motivado a trabajar más duro en tiempos de fatiga permitiéndoles estar a la altura a pesar de todas las dificultades.
Cada miembro busca complementar al otro y ocuparse de la seguridad de los demás
Esta sensación de colaboración perfecta se debería recordar cuando aparezcan nuevos conflictos. Porque, cuando todos se unen, surge esa fuerza de colaboración que existe en el universo y no solo fortalece al equipo sanitario, sino que también ayuda a los pacientes a sanar física y emocionalmente.
Entonces, los equipos, se convierten en una unidad integrada con espíritu de uno para todos y todos para uno: cada miembro busca complementar al otro y ocuparse de la seguridad de los demás. Como resultado, todos empiezan a sentir la confianza que surge del grupo.
El destino de cada paciente, de cada equipo de salud y de la humanidad depende de la revelación de esa fuerza curativa que es la unidad entre nosotros
En conclusión, cada dificultad o desavenencia en nuestras relaciones puede ser vista como una oportunidad para unirnos y superar los obstáculos que nos separan. Para encontrar un objetivo común que nos aleje del odio y la competencia entre nosotros.
El destino de cada paciente, de cada equipo de salud y de la humanidad depende de la revelación de esa fuerza curativa que es la unidad entre nosotros.
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