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¿Qué beneficios puede tener el Coronavirus?


¿Qué beneficios puede tener un virus que provoca una neumonía que puede resultar mortal y que ha desatado temor en el mundo entero? En efecto, parece que el Covid-19, popularmente conocido como Coronavirus, nos está ayudando a aceptar lo pequeños y vulnerables que somos los humanos frente a la naturaleza. Y lo cierto es que a menudo, ya sea con un virus, con un desastre natural o con cualquier otro tipo de adversidad, recibimos ejemplos constantes de cómo la naturaleza no presta atención a nuestras diferencias como nosotros sí hacemos.

Este nuevo virus es un despertar a la interdependencia entre seres humanos.

Por eso, el primer beneficio de este nuevo virus es un despertar global a la interdependencia entre seres humanos: nos damos cuenta de que somos una única especie, la humanidad, que vive en un mismo planeta como una familia que vive bajo un mismo techo. Al final, todas las fronteras y muros que construimos para aislarnos unos de otros no servirán de nada ante una adversidad preparada por la naturaleza para que entendamos lo que conlleva el fenómeno de la globalización: nos envía golpes para mostrarnos cuán interdependientes e interconectados estamos y que, inexorablemente, somos partes de su sistema integral e inclusivo.

La naturaleza nos muestra cómo es capaz de adentrarse entre las divisiones que nosotros mismos hemos creado.

Asimismo, el Coronavirus nos hace ganar conciencia acerca de cómo nos estamos tratando los seres humanos entre nosotros. Sirve para desestabilizar nuestra infraestructura egoísta y que sintamos la necesidad de averiguar cómo relacionarnos dentro de un mundo cada vez más interdependiente. Una vez más, la naturaleza nos muestra cómo es capaz de adentrarse entre todas esas divisiones que nosotros mismos hemos establecido. ¿De dónde vienen las divisiones entre nosotros? Son producto del ego humano, que busca beneficiarse a expensas de los demás. Es precisamente el ego humano lo que fragmenta nuestra percepción de la realidad en pequeños pedazos haciendo que no sintamos el sistema en su conjunto. Sin embargo, el Coronavirus acorrala a nuestro “yo” egoísta mostrándole que funciona de manera opuesta a la fuerza suprema de la naturaleza, que es una fuerza altruista. Nuestra naturaleza egoísta es un obstáculo negativo en nuestra progresión hacia ese establecimiento de conexiones totales y interdependencia armoniosa con la naturaleza. Y tenemos que ser conscientes de ello: ver cómo el ego nos separa a unos de otros así como de la naturaleza en su conjunto. Tomar conciencia del perjuicio que supone el ego humano es una cuestión vital para nuestro futuro.

El ego nos separa a unos de otros y nos separa también de la naturaleza en su conjunto.

Esa toma de conciencia puede resultar fácil y agradable si nos dedicamos a generar una fuerza positiva como la de la naturaleza: todos sus componentes están en perfecta conexión, en un equilibrio armonioso en todos los niveles – inerte, vegetal, animal y humano– donde todos reciben (fuerza negativa) pero solo lo necesario para su subsistencia y dan todo lo demás (fuerza positiva) para el mantenimiento del sistema general. ¿Cómo podemos despertar la fuerza positiva de conexión en nuestras vidas?

Muy sencillo: si nos relacionamos teniendo en cuenta en el bienestar del conjunto de la humanidad, lograremos despertar la fuerza de conexión positiva de la naturaleza. Al generar esa fuerza positiva, también revelamos la fuerza negativa opuesta a ella –el egoísmo– y el despertar y la conjunción de ambas fuerzas dará lugar a una fuerza suprema que es un nuevo nivel de conexión donde es posible sentir la perfección y el equilibrio.

Si nos relacionamos teniendo en cuenta en el bienestar del conjunto de la humanidad, lograremos despertar la fuerza de conexión positiva de la naturaleza.

Nos enfrentamos a un período en el que tenemos que aprender a conectarnos sujetando las fuerzas de la naturaleza – la positiva y la negativa– a modo de riendas que nos permitan avanzar. Tenemos que conducirnos con ambas pero de forma equilibrada. Cuando trabajemos con ellas de ese modo, tal como hace la naturaleza, veremos que vida se vuelve armoniosa, entendemos los baches del camino y sabemos superarlos juntos emulando la fuerza positiva de la naturaleza. La fuerza de conexión que hace que nos sintamos como una sola familia viviendo armoniosamente bajo un mismo techo: un planeta sano. Y libre de virus.


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